Efesios 5 (RVG)

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* [[Efesios 5:25 (RVG)|25]] Maridos, amad a vuestras esposas, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella;
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* [[Efesios 5:26 (RVG)|26]] para santificarla limpiándola en el lavamiento del agua por la palabra,
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* [[Efesios 5:27 (RVG)|27]] para presentársela gloriosa para sí, una iglesia que no tuviese mancha ni arruga, ni cosa semejante; sino que fuese santa y sin mancha.
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* [[Efesios 5:28 (RVG)|28]] Así los maridos deben amar a sus esposas como a sus propios cuerpos. El que ama a su esposa, a sí mismo se ama.
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* [[Efesios 5:29 (RVG)|29]] Porque ninguno aborreció jamás a su propia carne, antes la sustenta y la cuida, como también el Señor a la iglesia;
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* [[Efesios 5:30 (RVG)|30]] porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos.
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* [[Efesios 5:31 (RVG)|31]]  
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* [[Efesios 5:31 (RVG)|31]] Por esto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su esposa, y los dos serán una sola carne.
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* [[Efesios 5:32 (RVG)|32]]
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* [[Efesios 5:32 (RVG)|32]] Este misterio grande es; mas yo hablo en cuanto a Cristo y a la iglesia.
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* [[Efesios 5:33 (RVG)|33]]
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* [[Efesios 5:33 (RVG)|33]] Por lo demás, cada uno de vosotros en particular, ame también a su esposa como a sí mismo; y la esposa reverencie a su marido.

Current revision

  • 1 Sed, pues, seguidores de Dios como hijos amados;
  • 2 y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros a Dios, ofrenda y sacrificio de dulce fragancia.
  • 3 Pero fornicación y toda inmundicia, o avaricia, ni aun se nombre entre vosotros como conviene a santos;
  • 4 ni palabras obscenas, ni necedades, ni truhanerías, que no convienen; sino antes bien acciones de gracias.
  • 5 Porque sabéis esto, que ningún fornicario, o inmundo, o avaro, que es idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios.
  • 6 Nadie os engañe con palabras vanas; porque por estas cosas viene la ira de Dios sobre los hijos de desobediencia.
  • 7 No seáis, pues, partícipes con ellos.
  • 8 Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor: Andad como hijos de luz
  • 9 ( porque el fruto del Espíritu es en toda bondad, justicia y verdad ),
  • 10 aprobando lo que es agradable al Señor,
  • 11 y no participéis con las obras infructuosas de las tinieblas, sino antes reprobadlas.
  • 12 Porque vergonzoso es aun hablar de lo que ellos hacen en oculto.
  • 13 Pero todas las cosas que son reprobadas, son hechas manifiestas por la luz, porque lo que manifiesta todo, es la luz.
  • 14 Por lo cual dice: Despiértate, tú que duermes, y levántate de los muertos, y te alumbrará Cristo.
  • 15 Mirad, pues, que andéis con diligencia; no como necios, sino como sabios,
  • 16 redimiendo el tiempo, porque los días son malos.
  • 17 Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor.
  • 18 Y no os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; mas sed llenos del Espíritu;
  • 19 hablando entre vosotros con salmos, e himnos, y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones.
  • 20 Dando gracias siempre por todas las cosas a Dios y al Padre en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.
  • 21 Sujetaos los unos a los otros en el temor de Dios.
  • 22 Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor.
  • 23 Porque el marido es cabeza de la esposa, así como Cristo es cabeza de la iglesia; y Él es el Salvador del cuerpo.
  • 24 Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus propios maridos en todo.
  • 25 Maridos, amad a vuestras esposas, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella;
  • 26 para santificarla limpiándola en el lavamiento del agua por la palabra,
  • 27 para presentársela gloriosa para sí, una iglesia que no tuviese mancha ni arruga, ni cosa semejante; sino que fuese santa y sin mancha.
  • 28 Así los maridos deben amar a sus esposas como a sus propios cuerpos. El que ama a su esposa, a sí mismo se ama.
  • 29 Porque ninguno aborreció jamás a su propia carne, antes la sustenta y la cuida, como también el Señor a la iglesia;
  • 30 porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos.
  • 31 Por esto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su esposa, y los dos serán una sola carne.
  • 32 Este misterio grande es; mas yo hablo en cuanto a Cristo y a la iglesia.
  • 33 Por lo demás, cada uno de vosotros en particular, ame también a su esposa como a sí mismo; y la esposa reverencie a su marido.
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