Juan 12 (RVG)

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* [[Juan 12:24 (RVG)|24]]  De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto.
* [[Juan 12:24 (RVG)|24]]  De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto.
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* [[Juan 12:25 (RVG)|25]]
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* [[Juan 12:25 (RVG)|25]] El que ama su vida, la perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará.
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* [[Juan 12:26 (RVG)|26]] Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estuviere, allí estará también mi servidor. Si alguno me sirviere, mi Padre le honrará.
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* [[Juan 12:27 (RVG)|27]]
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* [[Juan 12:27 (RVG)|27]] Ahora está turbada mi alma; ¿y qué diré? ¡Padre, sálvame de esta hora! Mas para esto he venido a esta hora.
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* [[Juan 12:28 (RVG)|28]]
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* [[Juan 12:28 (RVG)|28]] Padre, glorifica tu nombre. Entonces vino una voz del cielo, que decía: Lo he glorificado, y lo glorificaré otra vez.
* [[Juan 12:29 (RVG)|29]]
* [[Juan 12:29 (RVG)|29]]

Revision as of 03:13, 21 November 2012

  • 1 Entonces Jesús, seis días antes de la pascua, vino a Betania, donde estaba Lázaro, el que había estado muerto, a quien había resucitado de los muertos.
  • 2 Y le hicieron allí una cena; y Marta servía; y Lázaro era uno de los que estaban sentados a la mesa con Él.
  • 3 Entonces María tomó una libra de ungüento de nardo puro, de mucho precio, y ungió los pies de Jesús, y los enjugó con sus cabellos; y la casa se llenó de la fragancia del ungüento.
  • 4 Entonces dijo uno de sus discípulos, Judas Iscariote, hijo de Simón, el que le había de entregar:
  • 5 ¿Por qué no fue este ungüento vendido por trescientos denarios, y dado a los pobres?
  • 6 Y dijo esto, no porque tuviese cuidado de los pobres; sino porque era ladrón, y tenía la bolsa, y traía lo que se echaba en ella.
  • 7 Entonces Jesús dijo: Déjala; para el día de mi sepultura ha guardado esto.
  • 8 Porque a los pobres siempre los tenéis con vosotros, pero a mí no siempre me tenéis.
  • 9 Entonces mucha gente de los judíos supieron que Él estaba allí; y vinieron no solamente por causa de Jesús, sino también por ver a Lázaro, a quien había resucitado de los muertos.
  • 10 Pero los príncipes de los sacerdotes consultaron para matar también a Lázaro.
  • 11 Pues por causa de él, muchos de los judíos se apartaban y creían en Jesús.
  • 12 El siguiente día, mucha gente que había venido a la fiesta, al oír que Jesús venía a Jerusalén,
  • 13 tomaron ramas de palmas, y salieron a recibirle, y aclamaban: ¡Hosanna! ¡Bendito el Rey de Israel, que viene en el nombre del Señor!
  • 14 Y halló Jesús un asnillo, y se montó sobre él, como está escrito:
  • 15 No temas hija de Sión: He aquí tu Rey viene, sentado sobre un pollino de asna.
  • 16 Estas cosas no las entendieron sus discípulos al principio; pero cuando Jesús fue glorificado, entonces se acordaron de que estas cosas estaban escritas de Él, y que le habían hecho estas cosas.
  • 17 Y la gente que estaba con Él cuando llamó a Lázaro del sepulcro, y le resucitó de los muertos, daba testimonio.
  • 18 También por esta causa la gente había venido a recibirle, porque había oído que Él había hecho este milagro.
  • 19 Pero los fariseos dijeron entre sí: ¿Veis que nada ganáis? He aquí el mundo se va tras Él.
  • 20 Y había ciertos griegos de los que habían subido a adorar en la fiesta.
  • 21 Éstos, pues, se acercaron a Felipe, que era de Betsaida de Galilea, y le rogaron, diciendo: Señor, querríamos ver a Jesús.
  • 22 Felipe vino y lo dijo a Andrés; y después Andrés y Felipe lo dijeron a Jesús.
  • 23 Entonces Jesús les respondió, diciendo: Ha llegado la hora en que el Hijo del Hombre ha de ser glorificado.
  • 24 De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto.
  • 25 El que ama su vida, la perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará.
  • 26 Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estuviere, allí estará también mi servidor. Si alguno me sirviere, mi Padre le honrará.
  • 27 Ahora está turbada mi alma; ¿y qué diré? ¡Padre, sálvame de esta hora! Mas para esto he venido a esta hora.
  • 28 Padre, glorifica tu nombre. Entonces vino una voz del cielo, que decía: Lo he glorificado, y lo glorificaré otra vez.
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